Whyte y Mackay pueden rastrear sus raíces hasta 1844 en Glasgow. Y si el tiempo nos ha enseñado algo, es cómo perfeccionar este whisky de sabor consistente y suave. Eso se debe en parte a un triple proceso de maduración y, en parte, al genio permanente de una tercera generación de mezcladores maestros y aquellos que vinieron antes que él. Color: Oro caoba rico con un brillante color ámbar. Nariz: Suave con reflejos cálidos y atractivos de mazapán, miel de Manuka, caramelo cremoso y azúcar Demerara, seguidos de susurros de piña glaseada, manzanas de sidra y chocolate praliné. Gusto: Comienza con sabores suaves y estimulantes de frutas tropicales, jarabe de rosa mosqueta, segmentos de naranja caramelizados y macarrones y termina con melocotones en almíbar, regaliz y mermelada de Sevilla.