Si para Rimbaud "yo es otro", ¿quien dice "yo" en un poema? ¿Es posible que una voz sea, a la vez, única y múltiple? "Así habló nuestra Señora Safo / a sus discipules: / Amen. Amén. / Y amen de modo imperfecto". Estos versos que abren el poemario de Cielo T. Martinez nos proponen una lectura díscola y multiforme. Aquí no habrá un sólo "yo", sino tantos "yoes" como caben en una misma subjetividad. La propuesta última: mover los avisperos de la norma y arrojarnos hacia la de-construcción de cualquier punto fijo. Es por eso, quizás, que los poemas de Tu amor Imperfecto bastará para sanarme siempre están en camino: se dirigen hacia un cielo abierto, listo para ser ocupado. Y en ese viaje intempestivo aparece una certeza: la poesía es un gesto tan inútil como necesario. Un poema no podrá hacer justicia ni salvar al mundo. Pero si podrá atestiguarlo: producir una anti-lengua, inventar palabras y tocar, con ellas, lo que está más allá del lenguaje. Llegar a decir lo indecible. Esta es la búsqueda que le autore recorre en este libro: un intento por atestiguar el dolor desde el respeto, pero también desde el humor, porque si en la escala del dolor "perder el bondi es un 2", también puede ser "un 4 si sos de Piscis". Este es un libro que nos obsequia la posibilidad de encontrar, en algo tan minúsculo como una palabra, el tesoro más enorme. Alex Zani