Pedro B. Rey Leteo  No hay solo una paciente acumulación de historias en los cuentos de Pedro B. Rey, sino también la configuración de un sistema que podría calificarse de solar sino fuera porque carece de un único centro. El conjunto, aún en progreso, tiene algo de lo que Benjamin defininió como constelación. Cada narración se cumple hasta alcanzar la felicidad relativa de una cierta confusión, pero ese cierre nunca cancela la posibilidad de seguir narrando.  Triste, la obra que confroma por sí una sola este volpumen y que a pesar de su extensión constituye un cuento, funciona como la esfera de Pacual: su núcleo está en todas partes y su circustencia en ninguna. El resultado: una lectura que suscita una mezcla gozosamente incómoda de plenitud y de vértigo.