Grandes Historietitas consultó a innumerables especialistas para entender las causas del PORQUE SÍ. Al parecer, con la edad las personas pueden ir perdiendo sus reservas de porqués hasta casi vaciar el tanque, y ahí se les adormece la curiosidad. ¿Por qué? Pues por falta de ejercicio.  Sin embargo, hay personas adultas que dedican sus vidas a inventar misterios, perseguir ovnis, buscar cosas por el fondo del mar, averiguar la extensión del universo, entender qué sueñan los perros, o los androides, inventar ovejas eléctricas, escuchar colibríes, olfatear el futuro, averiguar el color de los dinosaurios, estrujar palabras hasta decir más cosas, o investigar qué tan lejos puede llegar una pelota, o qué piensan los hongos debajo de los bosques, o si el mayordomo fue el asesino. Hay también especialistas en el arte de perseguir misterios. Están quienes los persiguen para resolverlos, como los detectives. Y están quienes los persiguen para conocerlos mejor, admirar su belleza y complejidad y estirar los límites de la curiosidad humana: a eso se dedica la Misteriología.  Para combatir la extinción de porqués, Grandes Historietitas consultó a doña Agustina Casot, célebre misterióloga que anda siempre hurgando más allá de la nariz. Casot aceptó el caso y nos dibujó toda esta historieta sobre la importantísima importancia de plantear buenas preguntas a detectives que anden bajos de porqués. Guion y dibujo: Agustina Casot. Editorial: Maten al Mensajero.   48 páginas Color 23 x 16 978-987-4498-32-8